domingo, 12 de abril de 2009

Duodécima

Doce campanadas, una tras otra. Doce campanadas que azotan las horas, que acercan el día a su fin. Nueve... diez... once... los dueños del tiempo siguen tocando y tocando, sin cesar, sabiendo que el día está próximo a vencer, y con él se irán tantos valores... Una más y resonarán los doce latidos del corazón, mientras los minutos siguen pasando, mientras los segundos siguen palpitando. Detente tiempo, antes de que tus dueños den el golpe final.

Libre interpretación

Tres elementos en cuestión, tres planos, y tres lecturas posibles de los cientos de posibilidades...

1) Luego de largo tiempo de andar, intentó absurdamente ocultarse detrás de tan pequeño escondite, sin comprender que su energía casi infinita le jugaría una mala pasada.

2) En su afán de ganar la competencia, el joven e inexperto aprendiz pretende opacar la refulgencia de su antecesor, interponiéndose en su camino, cuando lo que provoca no es sino una delgada sombra.

3) Hábil sujeto que observa, y que pretende encender la llamarada de quien más lo necesita, con una pequeña ayuda de quien goza de excesivos recursos.

¿Cuál será la más acertada?

jueves, 9 de abril de 2009

Desde niños...

Caminamos, corremos, andamos, firmes y con seguridad. Nos dicen... "por ahí no, cuidado, es peligroso..." pero en algún lado sabemos que es el camino correcto. Nos apabullan con "es tarde, es demasiado temprano, ahora no!", pero nosotros sabemos que no hay mejor momento para hacerlo: el ahora, el hoy, el ya mismo. Porque ¿cuándo sino? ¿Mañana? Tal vez mañana nunca llegue. ¿Hacia dónde sino? ¿Hacia un camino que otros han andado y dicen que es más seguro y exitoso que este? ¿Quién puede asegurarlo en verdad? ¿Quién tiene la verdad? Ellos, motorizados y a miles, van hacia allá, estas dos ruedas, por pequeñas que sean, van en esta dirección. Quien quiera que las siga, quien no... que siga a la multitud.