
Algo se resquebraja debajo de nuestros pies. Es la tierra, nuestra tierra, nuestro pasado, nuestra esencia. Cansada de tanto ruido, tanto desorden, tanta discusión. Espera en vano aquella gota que no vendrá, que se ha vuelto a a evaporar en su kilométrico camino. Grietas de dolor demarcan el territorio, creando falsos límites, más aún de los que ya existen, superfluos. Podrá todo continuar así hasta la plena destrucción, o podrá tal vez ocurrir un milagro, en donde la lluvia ya no tema en llegar hasta nuestra tierra.