Nadie, ya nadie ha quedado aquí, aunque tantos han pasado. Calle sin salida donde hasta el sol teme entrometerse para no ser visto. Así pasan las tardes y las noches, y sólo por un instante su luz enardece los muros en un cálido ámbar. Sólo por un instante fue así, y en ese preciso instante allí he estado.