domingo, 12 de abril de 2009

Duodécima

Doce campanadas, una tras otra. Doce campanadas que azotan las horas, que acercan el día a su fin. Nueve... diez... once... los dueños del tiempo siguen tocando y tocando, sin cesar, sabiendo que el día está próximo a vencer, y con él se irán tantos valores... Una más y resonarán los doce latidos del corazón, mientras los minutos siguen pasando, mientras los segundos siguen palpitando. Detente tiempo, antes de que tus dueños den el golpe final.

2 comentarios:

  1. Me gusaria ser el dueño del tiempo para detenerlo en los momentos de gran felicidad!...y así durará más el disfrute, como el placer...
    Podré algun día hacerlo ó a lo sumo estar cerca de poder lograrlo!?...que desafio!...tratare...
    león

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  2. Atentos y vigilantes esperan el momento justo para dar a las campanas el golpe necesario y lograr la atención de quienes las escuche. Llegarán los tañidos y con ellos se iniciará algo nuevo o se continuará lo ya emprendido,... pero algo es seguro: quedará menos tiempo...
    GIGIO

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