Esto es un juego. En él todas las piezas han sido diseñadas a la perfección para encajar. Pero en nuestra vida no pasa lo mismo. Hay modelos que nunca terminarán de ensamblarse. Además no es un juego, y aunque alguno piense que sí, no garantiza que todos quieran jugarlo. Aquí no se trata de demostrar quién vale más, quién es más habilidoso o cuál destaca sobre el resto. En esta partida todos somos iguales, la competencia es en vano. Y aquel que insista en jugar, que busque su propio juego. Esta sala no es apta para ludópatas. El cartón está lleno.
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