jueves, 25 de abril de 2013

Sobre ruedas

Cuando todo aquello parecía haber terminado, Elena agradeció una vez más a la vida por haberle dado alguien así. Sus piernas no podían conducirla ya donde ella quisiera. Pero aquel niño a quien alguna vez tomó en brazos, y al que luego enseñó a caminar por el jardín de su casa, hoy de todo corazón le retribuye ese amor incondicional recibido durante años. Aquel que la vio cocinar, reir y renegar, es hoy quien le devuelve ese rayo de sol. Mucha agua ha corrido bajo el puente de sus vidas, sin embargo nada ha sido suficiente para borrarlo todo a la hora en que debe salir a la luz únicamente lo esencial. Todo, aún sobre ruedas, seguirá su curso.

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