sábado, 2 de junio de 2012

¡Salta!

"Ven, ven hacia mí..." -le decía el insondable ser que habitaba allí, del otro lado del muro-. Atraído, y sin dejar de mirarlo, vislumbraba un confuso misterio que no lograba descifrar. "Has llegado hasta aquí, ya estás casi del otro lado, sólo a un salto..." -continuaba amistosamente desde su terreno-. Quedarse allí, viendo las hojas caer, o desbarrancar hacia lo inimaginable era su difícil decisión, mas su mirada seguía allí, clavada. "Salta, te daré mi mano y un cálido abrazo al bajar -le prometió- "...mas debes saber que a tu muro te será complejo retornar". Y allí nomás, sin pensarlo dos veces y acercándose al borde, saltó.

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