"Ven, ven hacia mí..." -le decía el insondable ser que habitaba allí, del otro lado del muro-. Atraído, y sin dejar de mirarlo, vislumbraba un confuso misterio que no lograba descifrar.
"Has llegado hasta aquí, ya estás casi del otro lado, sólo a un salto..." -continuaba amistosamente desde su terreno-. Quedarse allí, viendo las hojas caer, o desbarrancar hacia lo inimaginable era su difícil decisión, mas su mirada seguía allí, clavada.
"Salta, te daré mi mano y un cálido abrazo al bajar -le prometió-
"...mas debes saber que a tu muro te será complejo retornar". Y allí nomás, sin pensarlo dos veces y acercándose al borde, saltó.
Sensibilidad en todo. Muy bueno!!!! ONP
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