domingo, 27 de mayo de 2012

Salida

Avanzando en un blando caminar de hojas crujietes del otoño, dando pequeños pasos sobre pastos frescos, recién nacidos, y creyendo que eso lo es todo, se vislumbra allí, imponente y amenazante, la oscuridad.

Con temor, mas sin bajar la guardia, llegamos a su invisible puerta. Sin quererlo, e imaginando que para siempre hemos perdido la luz, ya estaremos dentro.

Podremos quedarnos allí, sumidos en la penumbra, en una rueda sin fin de sombras eternas... o intentar atravesarla, vencerla, y estar del otro lado. Está en nosotros. Hemos cruzado la entrada. La salida, cerca o lejos, aguarda.

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